jueves, 1 de diciembre de 2016

¿Qué se entiende por amor?

Desde los egipcios hasta los griegos, en los libros de aventuras caballerescas, las poesías del siglo de oro hasta nuestros días... nada ha hecho correr más ríos de tinta que el AMOR.
El amor es lo que nos mueve a levantarnos cada mañana. Y es que en este mundo globalizado, el hombre lo que necesita es amar y ser amado.

¿Qué se entiende por amor?
¿Entendemos todos lo mismo cuando hablamos de amor? Las posibilidades de falsificar esa palabra son casi infinitas. Es verdad que no estamos en la época de Romeo y Julieta; y lo que vemos en las ¨pelis¨de hoy en día deja mucho que desear... digamos que tiene que haber un punto medio. Visto lo visto, llegamos a la conclusión de que no todo el mundo sabe lo que es amor. Igual se llama a amor a un sentimentalismo difuso y blandengue, basado en emociones, que a la hora de la verdad no compromete, que a una relación exclusivamente física.

Esto del amor se vive por fases, como casi todo. ¡ Ayyy, el enamoramiento! Y es que el primer amor tiene su no se qué. Será la edad, la frescura de la juventud, la novedad... ese aceleramiento del corazón, acompañado de nerviosismo, puede provocar desde la risa más floja hasta la creatividad, desde la valentía hasta la tartamudez o incluso el bloqueo más absurdo. ¡Cuántas tonterías hemos hecho por estar simplemente enamorados!
El enamoramiento tiene siempre la dimensión del descubrimiento del otro. Su atractivo físico y personal, su sonrisa, su voz, su forma de mirar... La intensa sensación de los comienzos es algo muy positivo. El enamorarse es fácil, solamente hay que dejarse llevar.

El amor verdadero es permanente, profundo, complejo, motivado, activo, positivo, orientado, con perspectiva de pasado, presente y futuro.
Todos tenemos una inclinación natural al amor, a compartir nuestra vida con alguien. Pero cuando me refiera al AMOR hablaremos de amor de verdad, exclusivo, para siempre, desinteresado, que se desvive, que busca el bien del otro...
El amor es mucho más que un sentimiento. Amar es muy distinto de amar para recibir algo a cambio. Se ama por la felicidad que doy al amar, aunque como consecuencia también lo reciba. El amor implica exclusividad. Un padre puede tener varios hijos y quererlos a todos absolutamente igual. Podemos tener varios amigos... pero en la relación de pareja se establece una corriente de intimidad, tanto física como espiritual, en la que no cabe un tercero.

¿Se puede perder el amor?
¡Pues claro que sí! Se puede amar intensamente a alguien y dejar de quererle. ¿Cómo es posible? porque el amor es cosa de la voluntad y el acto más propio de la voluntad es el querer, que es libre. Ésto que parece un trabalenguas, está más claro que el agua, queremos con el corazón, pero también con la cabeza.
Los que seáis padres, habréis experimentado esas noches ¨maravillosas¨en las que no se ve el momento de que llegue el día. Y es que entre los ruidos más desagradables que rompen el silencio de la casa, como el berrido de un bebé, nuestro cuerpo destrozado nos pide no levantarnos, sin embargo, nuestra cabeza que es el motor del amor, del verdadero amor, nos dice que tenemos que atenderlo con todo el cariño del mundo.
El amor llama al amor. Precisamente cuando amamos, disfrutamos con ese amor y queremos amar más, lo cual no quiere decir que no requiera esfuerzo.
El querer querer es fruto del amor. La capacidad de querer amar es un acto propio del ser humano. Hay un dicho popular que dice: el dinero llama al dinero; pues igual podemos decir del amor; el amor llama al amor.

¡El motor de la vida es el amor!

Me despido hoy con esta frase para pensar: el amor llega, se descubre, se alimenta y se lucha. Queremos amar a lo grande.

¡Hasta la próxima! ;)

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